La rosa de cobre

29 marzo 2007

Número 3, mes de Noviembre de 2007


"Tragaluz", fotografía de Natalina Rossi, acompañó el número 3 de La rosa de cobre.



Reivindicación de la Decepción

La decepción como un motor que mueve nuestras máquinas internas, las que se plasman en hojas blancas como el invierno. Se siente frío en ciertas ocasiones.
Ivo, el infinito, trabajaba de esta manera: vivir, caer, pensar, escribir, repensar, corregir. El secreto está en seguir paso a paso el proceso de Ivo, evadir uno o cambiar el orden de los mismos no puede menos que llevarnos a la locura.
Caer. No temer al golpe, a la caída, purgantes excelentes. La decepción como método.
Escribir. Luego del dolor sobreviene la intemperie: el momento preciso.
Corregir. Tarea de inevitable minucia; se trata de evocar lo sentido en el momento de la escritura. Ivo es un individuo inestable que suele no recordar. Pone un énfasis sin igual en la tarea de relectura y corrección, pues en ella se develan los secretos que oculta un poema; en cuanto a mi, debo reconocer que suelo asombrarme de la forma en que mi subconsciente se extiende para referir cuestiones tan profundas que creo, parcialmente, entender.
Un esclavo ha perdido su libertad, un lacayo rinde pleitesía a su amo. Yo soy esclavo y lacayo de mi subconsciente.
Gonzalo Córdoba



INCÓGNITA
pero entonces
descarrila la voz, sé hijo
de un deseo de otro signo:
allí donde la BELLEZA más pálida
flamea
vive también el don de la muerte,
de la pérdida pródiga.
a ver, a ver,
dicen que viene el sueño
de lo más íntimo, NO, NO, NO,
yo sólo quiero saber cómo se llama
este sonido de no estar,
urgentemente abriré las cosas
como un tajo en la carne de
un cuerpo que agoniza,
así/
el corazón descubrió que era
travesti,
todo lo es, pero entonces,
¿vos qué? ¿para cuándo?
Jorge Luis Peralta



CERTEZA
desencuentro y prisión
es este sueño.
alberga, nombre
adentro mi nombre,
sí, una vez, sí, otra vez,
no cansado, pero un tanto
perdido,
vaga así, en una tenebrosa
transparencia,
de donde va a venir
de donde va a venir
quién sabe qué designio.
Jorge Luis Peralta



Buda / Río de cenizas rosa a J.
Alquimia sobre la decepción

Justo orilla
al este del río Jordán.
Ahora está allí (en la cornisa):
De su sombra levitan llamas
y fortunas en silencio.
Al otro lado de la muralla

Juega y aguarda risueño

Mientras deshace
pétalos de Marginalia
[1].
Juan Montaño



Anatomía de la Melancolía
La tarde cae rendida
bajo una silueta grisácea.
Y triste un Deja-Vú tardío
me aleja más de ti.
Juan Montaño



Cuando la ciudad nos encuentra, huye: perdida.
En su propio paraíso.
Juan Montaño






DERROTA
Tu corazón
Sabor a frutas secas
Lenguas que acarician la memoria
y el calor…
Mi corazón
Hermanas sin dinero ni intenciones
tugurio al fondo superpoblado
y el calor…
Te lo dije
Hacía calor y no me oíste
en la espuma quedó agobiado
el matarife
(Dame un pañuelo)
Clara Luz Muñiz



Qué poco nos queda
cuando el cielo estalla
y el aire se bate, hierve, burbujea.
Qué poco al amanecer
en una vereda sucia con huellas en el rostro.
Casi nada en la piel arrugada
seca y abultada.
Y sin embargo cuánto
en una mirada en una mano.
Cuánto en dos palabras…
Cuan poco en el gesto de un sólo dedo
caprichoso
el dedo del que no tiene hambre
ni frío
ni alma.
Clara Luz Muñiz






DESCRIPCIÓN

De por ce con pe, entre e y e, y otra vez ce junto a i antes que o con su elevación para caer en ene y…el espacio en blanco del silencio.
Marcos Meloni



DESBANDE

Decepción, descripción, sumisión.
Antiguamente había un escenario,
justo en el centro del lugar,
los expectantes no conocían el placer,
no comprendían la satisfacción,
imploraban sus jaleos mientras esperaban
una nueva actuación de sus actores,
un vivo escenario de tragedias irresolubles,
un espanto de moralidad escalonada.
sus niños, más atentos a las circunstancias,
eructan de regocijo al escuchar la burla;
los comediantes altivos de farsa mayor,
convidan sumariamente un festín que avergüenza a pocos,
una sentencia de lo que no quieren ser y a la vez son.
Marcos Meloni





En aquel tiempo
para que el barrilete se elevara
sobre los campos calmos
y las nubes inquietas
fue hecho el piolín
con venas cortadas.
Por las calles lejanas
una azul bicicleta,
inflada para el caso,
con el aire agotado,
de unos pulmones resecos;
asombrada, de noche, surcaba
complacido fue del sueño el ratón;
debajo de la almohada, algo hubo para él
los dientes que entre alegría y pena
gozo y llanto uno a uno me arranqué.
En aquel tiempo…
no se podía ser mezquino;
todo fue sacrificado
a lo que había en el interior:
un niño creía yo.
Mariano Arrigoni






TURN THE LIGHTS OFF

Viernes 3 am
después de apagar el último cigarro
de la cajetilla
de la semana
y claro, después de sacarme los zapatos
y la corbata
y el moño
y el reloj,
¿Por qué será que tenemos esa manía de saber la hora?
¿Para qué?
¿Para llegar adónde?

después
de apagar las luces,
y la tele
y el pc
y los recuerdos
a oscuras
puse una a una las balas
en recuerdo de Violeta
y escuché cómo la nuez
se movía lentamente
y accioné los mecanismos
de mis manos
y apoyé el caño
entre mis labios
cerré los ojos
y esperé

tiré del gatillo
y esperé

escuché el sonido
o creí escuchar un sonido
esperé un "bang"
pero no,
esta vez decidió fallar,
claro que ya no estoy para decepciones
insistí
carajo
mierda
la puta que la parió

yo ya no estoy para decepciones
mañana mismo compro una cuerda.
Daniel Kohen



ALMOHADAS SUCIAS
En un momento como éste
una risa es más que una risa y una radio
las zapatillas sucias
símbolo de una infancia en la plaza
y en la calle…
hoy son el trabajo
y otra calle
las manos sucias símbolo de piedras y de ferrocarriles
hoy la tierra
y el sudor de una noche entera.

Quisiera que nos llenáramos de la sangre de Cristo.

Imposible explicar el silencio
que provocamos escuchándonos
Gonzalo Córdoba

"Escalera" otra fotografía de Natalina Rossi para La rosa de cobre.

L I B R O S
UNA CHICA TRISTE

Jean Rhys pertenece a esa singular estirpe de escritoras mujeres que a comienzos del siglo XX dieron un vuelco a la narrativa de la época con sus personajes torturados y sus mundos complejos y fascinantes. Hablamos de Djuna Barnes, Jane Bowles, Kate Chopin, Virginia Woolf, Dorothy Parker, Anäis Nin, Vita Sackille-West, entre otras.
Menos famosa que sus compañeras de lista, Rhys -nacida en las antillas pero residente en Inglaterra- tuvo un curioso itinerario en el mundo de las letras. Publicó cinco libros entre las décadas del 20 y el 30 y luego desapareció por completo hasta 1966, fecha en que su "precuela" de Jane Eyre de Charlotte Brontë, Ancho mar de los Sargazos, la devolvió a la primera plana del éxito y el reconocimiento literarios. Completan su bibliografía el volumen de cuentos Los tigres son más hermosos y la autobiografía inconclusa Sonríe, por favor.
Buenos días, medianoche (1939), al igual que Cuarteto (1928), Después de dejar al señor Mackenzie (1930) o Viaje en la oscuridad (1934), está protagonizada por una heroína en el límite de la tristeza. Sacha, mujer de unos cuarenta años, viaja a París, escenario de un amor de juventud que terminó trágicamente. El regreso a esa ciudad significa un reencuentro con fantasmas del ayer y una toma de conciencia de la cruda realidad del presente. De esa dolorosa confrontación entre el pasado y la actualidad, Rhys sugiere que puede surgir la esperada redención y construye minuciosamente el camino de vuelta, en una serie de "cuadros" impregnados de melancolía y de un anhelo constante por vencer los miedos y frustraciones que acosan a todo ser humano.
"Los muertos debemos tener los ojos cerrados", dice la protagonista de esta novela. Pero Rhys nos convence de que es sólo en esa oscuridad donde finalmente podemos descubrirnos a nosotros mismos.
Jorge Luis Peralta


Jean Rhys. Buenos días, medianoche. Traducción de Rolando Costa Picazo. Madrid, Javier Vergara Editor, 1976.






M Ú S I C A
DEL SILENCIO

“-El silencio enriquece la música, niños.
-Entonces interpretemos silencios.”
Un profesor; luego algún chistoso. No recuerdo el timbre ni la tesitura de su voz… tampoco su código de barras. Sin embargo, ahí están: palabras rompiendo en recuerdos.
Nadie sabe en qué lugar se esconde el mecanismo que nos hace recordar y que selecciona en nuestra mente, de un cúmulo de hechos, aquel particular que cae inesperadamente como pianos o personas. Pero en ocasiones sentimos que algo nos retrotrae, aunque no podamos identificar el motivo. De la misma forma que hay palabras que producen esa sensación de extraña tensión o calma, siempre indefinible, también hay una especie de sonido que provoca la reminiscencia, ergo el silencio (calmo o tenso, según el recuerdo). Sólo considero buena una obra de arte cuando me predispone a repetir la lectura, la visualización, la audición.
Erik Satie supo romper el silencio con melodías que harían desplomar al mismísimo Aquiles. Diez dedos que se mueven por el teclado de un piano como la miel en mi cuerpo, como lágrimas agridulces de quién sabe qué personas confluyendo en mi mente, de felicidad.
Jugar con nuestras emociones de la manera más sutil, con el dedo sobre un cuerno de marfil, con el alma que se escapa bajo las uñas. Yo sé que no hace falta la experiencia en ciertos casos; la música nos hace revivir. Y no pocas veces inventar los futuros recuerdos. Romper el silencio para hacer romper en silencio al oyente, he aquí el secreto y la síntesis de un arte que no se cansa de decir a mi oído la palabra. Y si digo palabra y oído, debe leerse catarsis y nenúfar.
Gonzalo Córdoba






C I N E
IRREVERSIBLE, DE GASPAR NOÉ

No es nuevo sentir una sensación de repulsión, de marearse ante el estímulo itinerante y circular de una cámara que no cesa su movimiento como tampoco cesa la violencia que nos revela en la pantalla.
El imperativo causa-consecuencia y la inquietud irreverente de las acciones nos van llevando rápidamente por un sendero estrecho donde sólo cabe la posibilidad de preguntarse si es posible la realidad como mera secuenciación de la retrospección inusitada de los sentidos exaltados por tanta información, desentrañada por los pudores más escondidos de nuestra existencia.
No por ingenuidad o por ignorancia, podría ser ocultado un sentido que trasvasa lo icónico o referencial a una realidad. El sentido no sólo se da a través de imágenes que funcionan retrospectivamente sino que además nos enfrentamos a una historia que siempre se repite y vuelve a comenzar, para destruirse nuevamente y desaparecer finalmente.
Soez o tendencioso podría ser la definición de que Irreversible, es una de las pocas películas donde la quietud está desairada por la falta de tapujos que exigen nuestros tabúes a la vez que extreman las posiciones, sobre las cuales se encolumnan las adhesiones como las resistencias. No obstante nadie deja de sentir una fuerte sensación de insignificancia frente a la exhortación que nos propone justo en el final, con una frase que procede a una suerte de vorágine, donde nos transmite que “el tiempo lo destruye todo”, ídem a unas de las frases inaugurales de este film, que permanecerá latente durante todo su desarrollo; es decir, el sentido no está en una imagen aislada en el interior de la película sino que se está cargando de sentido infinitamente, desde el inicio que paralelamente es su final.

Marcos Meloni


Irreversible
Ficha técnica
Dirección: Gaspar Noé.
Intérpretes: Monica Belucci, Vincent Cassel, Albert Dupontel, Philippe Nahon, Jo Prestia y Stéphane Drouot.
Guión: Gaspar Noé.
Música: Thomas Bangalter.
Duración: 95 minutos.
Francia, 2002.


Equis
¿PARA QUÉ SIRVE LA LITERATURA?

Alguien alguna vez me preguntó para qué sirve leer tanto, y por supuesto no le respondí porque creo que no tiene respuesta. Aún así, me quedó dando vueltas en la cabeza: ¿Tiene que ser útil el arte, o la literatura en este caso?
Esencialmente me parece que un buen libro ayuda a vivir, o, como reza el título de una obra de George Perec, Vida, instrucciones de uso. Hay libros que son verdaderos guías turísticos para vivir otras vidas y otras culturas, pero también se trata de un juego en serio (peligrosamente hermoso). Y entre las mil y una utilidades podríamos citar: para conseguir chicas (o eso creía), para hacer frente a largas colas burocráticas o para que no te lleven en cana (por portación de cara).
Libro y literatura son uno y no hay vuelta que darle, y los libros no están en vías de extinción, sino de extensión al otro. Yo espero el poema o la novela que intente cambiar el mundo o que influya en la vida de las personas o, al menos, para hacerte preguntas como esta: ¿Para qué sirve la literatura?
Juan Montaño


"Cada hombre debe ser útil a sus semejantes, pero se vuelve su enemigo si no hay nada en él más allá de la utilidad"
(Georges Bataille)



[1] Marginalia: notas al margen, a la manera de Poe.

Número 2, mes de mayo de 2006

"Despegando hacia algún lugar desconocido", obra de Diego Pérez, ilustra la tapa de nuestro número tres... el conflictivo.





REIVINDICACIÓN del Silencio.

•SILENCIO: m. Abstención de hablar. ◊ fig. Falta de ruido. ◊ mús. Pausa.
- Shhh.
- Besarión, el taller de bocinas explota cada día. Ya no tengo paz. -El personaje no puede gritar, pero conjura con azufres. Nada logra.
Un aislarse del mundo, o concebir nuevas realidades, como la de Don Juan Matus. Tocar otros seres. Hablar los lenguajes universales.
Es antinatural el ruido; hasta que alguien tuvo la nefasta idea de quebrar, como a un jarrón heredado, las pausas. Más tarde vino el tiempo, que apremia. Y aturde nuestras almas melancólicas.
Entre el primer llanto y el último estertor, se suceden mil estruendos. Entre la primer mirada y la última desilusión, se suceden mil sueños interrumpidos por EL grito.
Porque necesitamos de esta pausa, de esta abstención, de esta falta de ruido, antinatural, para enfrentarnos a la hoja en blanco y reencarnar en el intento de lo azur. Porque puedo sentir que me hago uno con lo externo.
Como a un objeto peligroso, rehuir; como a los dioses, compadecer; como a las señoras gordas, escapar: el Ruido. El Silencio: como la necesidad básica que es, causar; como a la cima de una rueda, venerar; como a las estrellas, oír.
El epigrafista prefiere la noche cruda, estoica. Quien firma prefiere los silencios voluptuosos, febriles. Febriles de fiebres extrañas como las manos que se posan sobre un oído y guardan en su concavidad el mar.
•SILENCIO: m. Necesidad básica de algunas razas. ◊ fig. Metáfora. ◊ mús. Summum.
Gonzalo Córdoba






“Las melodías que oímos
son dulces, pero las que no
oímos son más dulces aún”

JOHN KEATS



SILENCIO

Desdibujo su figura
(desde la sombra)
para dar rastro
a lo que no tiene rostro.
Garabateo estas líneas
(eso intento)
para sacarle liebres
al eco
de tu silencio.
Juan Montaño




OTROS SILENCIOS

El silencio segundos antes
o segundos después
(de escribir o leer este poema).

ANTES

“de quedar atrapado por tela-arañas”

DESPUÉS

“del choque a las torres gemelas”
Juan Montaño







Sin
prisa
como
la
mañana
en
el
cuarto
que
extiende
mi
ventana
se
encuentra
la
mansedumbre
en
constante
silencio
en
distante
mudo
sollozo
de
aquiescencia
sin
palabra
ni
modo
sin
efecto
audible
que
transforme
los
sonidos
en
ejemplos
de
silencio
abismal
Marcos Meloni






Es el , el túnel de la alfombra
purpúreo donde (ilimitada)
reside mi silla de mirar lejos
lejos mundos lejanos, (de la memoria)
los soles vespertinos, argénteos
que no sucumben, que braman al
presentir . Y su calma
enmarcando está.

Este portarretrato añejo repleto
de figuras derretidas de collage
con sus horas y días, de collage
en el terrible
fuego numérico
del tiempo.
Si pregunto: se oye

la armonía esferoidal
en su interior. O un tic, tac, tic, tac

Comprender es ser
parte de Dios
y
del hombre,
el silencio postrer.
Mariano Arrigoni





En lo más recóndito y circunspecto
de mi hondura
redonda y pequeña,
primero el quebranto,
luego, un haz de luz
que traspasa su alma
e irrumpe en su silencio
y obscura intimidad.

Si pudiera_ me dije en voz baja,
sería una hierba cualquiera con tal de ser.

Serás_ me dijo al oído,
una flor silvestre y blanquecita.

Y por un tiempo dejome reposar,
como noche turquí de calles mojadas de Otoño
y del sueño el silencio de la ciudad.
Mariela J. López




(Para leer en voz muy baja)

De piedra labrada
tu incólume forma
guardada en mi falda;
reparo en tu labio
tranquilo al reposar.

La muerte de un día
nublado en un cuadro
que nombran ventana;
recuerdo lo claro
a marino tornar.

Mi labio y tu lengua
así procuraban:
el agua en la boca,
la forma atrapada,
la letra en la aljaba.

Tu pelo vagaba
redado en mi palma

retengo el momento,
vuélvome a apagar.
Mariela J. López






“Manual Imposible” de autoflagelar

nublar y fingir.
ocultar un acorde a las siestas.
encerrarse en un baño a escribir donosos versos.
susurrar todas las estrellas al estanque con nenúfares.
preguntar cuánto debo imitar los prototipos.
oír toda la vida.
saber de las victorias en el juego de azar.
interpretar del silencio un tópico arma de doble filo.
borrar el guión de cada noche.
llorar hasta que el rostro parezca un cirio.
esperar.
Gonzalo Córdoba


Número 1, mes de abril de 2006

En el número 1 de La rosa de cobre, la ilustración pertenece a Mariel J. López y se titula "Flashback vespertino"


REIVINDICACIÓN de la Noche

Entonces damos vueltas por la noche como si en ella se escondiera el sentido de nuestras almas melancólicas. Y es cierto, en ella lo busco con fruición: en la parsimonia que robo al día evitándolo como un licnobio. La noche nos acoge sin juicios. Es nuestro lugar.
Me detengo, sobre la alfombra, a contemplar, recostado, los movimientos lentos de las ciudades lentas. Me asomo por la ventana, algunos metros más alto que el común de los mortales. Nadie es inmune a los efectos de una buena noche, con todos los artificios y mil nenúfares dispersos en la cama deshecha.
Puedo asegurar que necesitamos de ella como de una bella fotografía. La noche es un puño, unas uñas nuevecitas, una mano abierta, la plexomanía.
En la búsqueda de aquel poema azul que los sintetice a todos en la nebulosa vibrante de una palabra, podemos abusarnos de la noche. Ofrece silencio. Muy importante: silencio. Ofrece parsimonia para ver más claramente. No hablo de una poesía cerebral, sino de una completa consciencia de los actos inconscientes de la vorágine del día. Pues eso es lo que buscamos: una poesía de caricias delicadas, no de manotazos. Dejemos al azar sólo las interpretaciones.
No les hablo desde la soberbia. Me hago cargo de cada palabra puesta aquí. Soy consciente de mis mil falencias y ¡diantre! mis errores. Tantos: el vivir de día, el quitarle a cada noche tres o cuatro horas. Oh, manto de cenizas, os conjuro, os entrego mis almas.
Hablo en plural. Debo aclarar que no conozco a mis compañeros de noche. Sin embargo, somos tantos los que rehuímos del sol, los que veraneamos en Helsinki. Ya saben, mis desconocidos, hay que producir en la parsimonia post atardecer, con fruición, ansiosos de acabar antes de que cante el primero de los pájaros.
Dejo un azahar para las interpretaciones.
Gonzalo Córdoba





estallan los girasoles de Van Gogh
cayendo a los pies de Girondo
quien sale despedido, volando
al mismísimo centro del sol.
Juan Montaño



Noche o el libro de la mosca

Leo.
Y mientras leo.
Ni siquiera parpadeo.
Una mosca pasa
y se posa sobre el vaso de leche.
Ni siquiera parpadeo.
Otra mosca se posa sobre blanco.
Y también la leo.
Juan Montaño



Respiración artificial

Un asceta vive en mí:
vive y respira conmigo.

Y aspira un imposible tú.
Juan Montaño



Tres gotas de sal
caen y dicen esto:
"Fuimos ese mar
de mirar quedo
por eso, siempre
volvemos al sur
silbando vientos".
Juan Montaño





Insomnio

I

Porque entonces vendría la noche
a calmar las brutas ansiedades,
los diarios afanes.
Igualando con rasero idealizado:
a los muertos y a los vivos
a los pobres y a los ricos
al feliz y al desdichado,
el sueño, entonces la calma
traería, a la cuitada alma;
el sereno a la fausta ambición
y el reposo al miembro fatigado.

II

Entonces, llega y se va,
en silencio febril,
en voces cercanas, lejanas
olvidadas; que viven
entre las indescriptibles sombras.
Que asaltan desde ciegos ojos
en murmullos sordos
y en estridentes,
agudos gritos,
apenas susurrados.

III

Mas es cierto,
que la nocturna actividad
la despiadada tranquilidad;
no podrán soportar
la dulce llegada del alba
la aura, el color y la paz.
Mariano Arrigoni



Las estrellas de la noche
en el día asomaron
dejando lo que no se sabe
porqué o adónde irá.
En ese instante de fusión:
la nada es todo,
se es y no se es,
los recuerdos como torbellinos
la queja de la vida,
arrancarte podrán.
He aquí un momento
cargado de un canto mágico,
el gotear de un grifo
que la vida deja escapar:
lentamente la noche llega,
el día y la vida se van.
Mariano Arrigoni





Cae la noche
como un manto de cenizas
sobre el césped mojado
las estrellas cual agujeros que me permiten ver
un más allá
tan difícil de interpretar como el césped mojado
bajo un manto de cenizas crematorias.

Ese alguien espera un mensaje
refucilo
con los odios bien abiertos
en plan de captar aquella música celestial
encantadora como la del flautista
aquella música celestial arúspice de mis entrañas
henchidas de angustia y ansiedad
uñas y rencores
entrañas como espejos enfrentados
que se pronuncian por la castidad involuntaria.

Yo soy ese alguien que espera un mensaje
yo soy el que convoca a los cuervos
que caen
como un manto de cenizas
sobre el césped mojado
y los agujeros que me permiten ver un más allá esplendente
es el sol tras las aves negras.
Gonzalo Córdoba

Demo, mes de marzo de 2006

"Sol literario" de Mariela J. López acompaña la edición virtual del Demo de La rosa de cobre.


REIVINDIQUEMOS la Provocación

Sucede, con ciertas personas, que, como decía, de los poetas viejos y los pequeños burgueses, Nicanor Parra, no reaccionan sino cuando se trata del estómago. Por otro lado, están los poetas jóvenes, jóvenes poetas o símbolo urbano, quienes consideran, como, otra vez, Nicanor Parra, el primero, también el último, de los antipoetas, que la poesía es un artículo de primera necesidad. Y la fucsia parece bailarina.
La provocación, como método, y, como tal, con un objeto de investigación, en este caso, la esencia más recóndita del alma humana, consiste en manifestar, por medio de cualquier lenguaje, siempre, y cuando, el interlocutor, humano, individual o colectivo, o animal, sea capaz de interpretarlo, pues sino pierde su capacidad de purgante, aquello, frase o palabra o metáfora o imagen u holograma o fotografía o fonema, inclusive una interjección, que, como una tarde de verano, a nuestro interlocutor, humano, individual o, incluso, colectivo, o animal, haga sonrojar, y, luego, expulse, por cualquiera de sus orificios, pero de preferencia su boca, sobre todo, Usted entenderá, si sus labios, los dos, son rosados y angulosos, sus más recónditos, recónditos como el corazón aquel, similar a un planeta, obviamente, recóndito, del que hablara, mejor escribiera, la señorita Lars, Brannon Vega de civil, deseos. Y la fucsia parece bailarina.
Gonzalo Córdoba

BIBLIOGRAFÍA:
PARRA. Nicanor: La cueca larga y otros poemas. Bs. As: EUDEBA, 1972.
LARS, Claudia: Nuestro pulsante mundo. San Salvador: Prensa del Ministerio de Cultura, 1969.






LUMBRERA DE COLA

CIGARRO Y CENIZA.
Hasta tu lado más blanco
enciende tu vicio de turno
y consume lo que no te queda de sano
pero igual buscas ese estado salvaje
que violenta las horas pequeñas
bajo una suerte de gracia orgánica
o mal necesario,
y exhala un humus de lis
a tu hombro menos polémico
para perderse otra vez
en la finitud remota.
Juan Montaño



I

LA BELLEZA es un peleador de Sumo
que espanta las golondrinas de Bécquer.
Juan Montaño



AMOR O CADAVER EXQUISITO

SUS OJOS YA NO PARPADEAN.
SE HAN DETENIDO PERPLEJOS.
SUS OJOS NO PARPADEAN.
SE HAN QUEDADO PERPETUOS.
Juan Montaño



II

Por lo visto no va a parar.
Hay persistencias que miran
(Al tiempo que tarda)
y hay fiestas de la paciencia.
Ese poder espera
Juan Montaño





La insolente presunción de quien ocupa una
[casa en ruinas
habita en la más horrenda de las miserias
de un cuerpo y de unos ojos,
de un alma;
la indefensión de la herida que hiede
paredes desnudas
con sus venas al oxidante aire de la
[respiración
de un recuerdo,
enmohece los muros de mi ciudad.
Unos dedos que soportan este gesto,
una espalda que sujeta esta postura,
unos ojos que sostienen esta mirada:
es un triste intermezzo.
Tecla que es noche y estrellas
se yergue majestuosa,
pero se oculta de día tras rústicos cortinados y
[babélicos andamios:
es un cuerpo, unos ojos,
soy un alma,
pero es de mañana,
pero es de mañana otra vez
para los curiosos que se acercan a ver
si la pintura en verdad se descascara.
La insolente presunción de quien ocupa,
buen boticario,
es tu áurea ponzoña que no tarda.
Mariela J. López



Y hasta que encuentro ese pensamiento
que me aleja de la locura,
mi sangre se transforma en alguna otra
[sustancia
que, llegando a todo mi cuerpo,
envenena mi carne y atormenta mis huesos;
ya no cuento con mis ojos
y no reflejo sino el penoso gesto de un enfermo,
una forma desesperanzada,
turbulenta.
Soy un ser en guerra
cayendo en batalla,
sangrante de miedo,
sin haber sido herido,
con el semblante de un muerto.
Mariela J. López





Adornaré el rostro con una
bolsa de papel
este mediodía de sol.

La cama debería ser un compendio
no una omisión
una elipsis.

La mesita una experiencia
debería ser
no un estanque fétido
como todo aquí.

El placard un regreso hacia
aquello no ordinario
con todos los complejos
todos los mitos.

Aquel anhelo de un paisaje
donde cada día es
como el cortar la respiración
para dar
el primer beso.

La promesa que me hice
de una noche perpetua
sin recuerdos
tan acogedora
que la desconozco.

La angustia es pensar
en lo inminente del
fin de semana
con toda una vorágine
que simulo
fuera de control.

La ansiedad es comer
el fruto de la tierra
sin siquiera trabajarla
sin
siquiera
escupirla.

Te obsequiaré con un
ramillete de nenúfares
y comeremos vegetales
tal como
lo recomienda mi taxidermista
mirando las fotos
de infancias ajenas.
Gonzalo Córdoba