La rosa de cobre

29 marzo 2007

Demo, mes de marzo de 2006

"Sol literario" de Mariela J. López acompaña la edición virtual del Demo de La rosa de cobre.


REIVINDIQUEMOS la Provocación

Sucede, con ciertas personas, que, como decía, de los poetas viejos y los pequeños burgueses, Nicanor Parra, no reaccionan sino cuando se trata del estómago. Por otro lado, están los poetas jóvenes, jóvenes poetas o símbolo urbano, quienes consideran, como, otra vez, Nicanor Parra, el primero, también el último, de los antipoetas, que la poesía es un artículo de primera necesidad. Y la fucsia parece bailarina.
La provocación, como método, y, como tal, con un objeto de investigación, en este caso, la esencia más recóndita del alma humana, consiste en manifestar, por medio de cualquier lenguaje, siempre, y cuando, el interlocutor, humano, individual o colectivo, o animal, sea capaz de interpretarlo, pues sino pierde su capacidad de purgante, aquello, frase o palabra o metáfora o imagen u holograma o fotografía o fonema, inclusive una interjección, que, como una tarde de verano, a nuestro interlocutor, humano, individual o, incluso, colectivo, o animal, haga sonrojar, y, luego, expulse, por cualquiera de sus orificios, pero de preferencia su boca, sobre todo, Usted entenderá, si sus labios, los dos, son rosados y angulosos, sus más recónditos, recónditos como el corazón aquel, similar a un planeta, obviamente, recóndito, del que hablara, mejor escribiera, la señorita Lars, Brannon Vega de civil, deseos. Y la fucsia parece bailarina.
Gonzalo Córdoba

BIBLIOGRAFÍA:
PARRA. Nicanor: La cueca larga y otros poemas. Bs. As: EUDEBA, 1972.
LARS, Claudia: Nuestro pulsante mundo. San Salvador: Prensa del Ministerio de Cultura, 1969.






LUMBRERA DE COLA

CIGARRO Y CENIZA.
Hasta tu lado más blanco
enciende tu vicio de turno
y consume lo que no te queda de sano
pero igual buscas ese estado salvaje
que violenta las horas pequeñas
bajo una suerte de gracia orgánica
o mal necesario,
y exhala un humus de lis
a tu hombro menos polémico
para perderse otra vez
en la finitud remota.
Juan Montaño



I

LA BELLEZA es un peleador de Sumo
que espanta las golondrinas de Bécquer.
Juan Montaño



AMOR O CADAVER EXQUISITO

SUS OJOS YA NO PARPADEAN.
SE HAN DETENIDO PERPLEJOS.
SUS OJOS NO PARPADEAN.
SE HAN QUEDADO PERPETUOS.
Juan Montaño



II

Por lo visto no va a parar.
Hay persistencias que miran
(Al tiempo que tarda)
y hay fiestas de la paciencia.
Ese poder espera
Juan Montaño





La insolente presunción de quien ocupa una
[casa en ruinas
habita en la más horrenda de las miserias
de un cuerpo y de unos ojos,
de un alma;
la indefensión de la herida que hiede
paredes desnudas
con sus venas al oxidante aire de la
[respiración
de un recuerdo,
enmohece los muros de mi ciudad.
Unos dedos que soportan este gesto,
una espalda que sujeta esta postura,
unos ojos que sostienen esta mirada:
es un triste intermezzo.
Tecla que es noche y estrellas
se yergue majestuosa,
pero se oculta de día tras rústicos cortinados y
[babélicos andamios:
es un cuerpo, unos ojos,
soy un alma,
pero es de mañana,
pero es de mañana otra vez
para los curiosos que se acercan a ver
si la pintura en verdad se descascara.
La insolente presunción de quien ocupa,
buen boticario,
es tu áurea ponzoña que no tarda.
Mariela J. López



Y hasta que encuentro ese pensamiento
que me aleja de la locura,
mi sangre se transforma en alguna otra
[sustancia
que, llegando a todo mi cuerpo,
envenena mi carne y atormenta mis huesos;
ya no cuento con mis ojos
y no reflejo sino el penoso gesto de un enfermo,
una forma desesperanzada,
turbulenta.
Soy un ser en guerra
cayendo en batalla,
sangrante de miedo,
sin haber sido herido,
con el semblante de un muerto.
Mariela J. López





Adornaré el rostro con una
bolsa de papel
este mediodía de sol.

La cama debería ser un compendio
no una omisión
una elipsis.

La mesita una experiencia
debería ser
no un estanque fétido
como todo aquí.

El placard un regreso hacia
aquello no ordinario
con todos los complejos
todos los mitos.

Aquel anhelo de un paisaje
donde cada día es
como el cortar la respiración
para dar
el primer beso.

La promesa que me hice
de una noche perpetua
sin recuerdos
tan acogedora
que la desconozco.

La angustia es pensar
en lo inminente del
fin de semana
con toda una vorágine
que simulo
fuera de control.

La ansiedad es comer
el fruto de la tierra
sin siquiera trabajarla
sin
siquiera
escupirla.

Te obsequiaré con un
ramillete de nenúfares
y comeremos vegetales
tal como
lo recomienda mi taxidermista
mirando las fotos
de infancias ajenas.
Gonzalo Córdoba